Foto: "Chechi" Chávez
1. Cuando el lector se enfrenta a tus textos presientes que se va construyendo una línea ascendente de desnudez en la palabra para otorgar libertad a esos demonios que pueblan la poesía de Rafael García-Godos Salazar. ¿Qué tan consciente eres sobre esta característica latente en tu poesía?
Antes de escribir estoy totalmente perdido, divagante e
inconsciente; no me predispongo a escribir un poema, solo vivo. Las imágenes,
voces, cuerpos, palabras, números, formatos, géneros, fórmulas, etc., y demás
estímulos que puede que se hagan un poema llegan a mí mientras vivo
precisamente lo que la misma poesía me hace vivir, si la veo desnuda, cabra,
leca o lo que sea es porque así lo ha querido y no me resisto. Cuando tengo todos
esos recursos los acumulo para mariconizar el poema, para mariconizar al otro,
al lector visor. Sí, hay una línea ascendente en mis textos, desde el miedo
hasta la revolución. Luego de años, veo que esto es así porque mi encuentro con
la poesía fue como despertar dentro de un closet (literario) y, desde adentro,
me transformé y desnudé siendo lo más brutal y honesto. El manejar estos
impulsos fue aleccionador y eso se ve en los libros. Esta evolución pienso que
debe ser algo así como Kraftwerk y el comienzo de la música electrónica, donde
esos sonidos primarios, años después, son infinitas ramas de estilos
electrónicos.
2. El soporte
de las nuevas tecnologías
siempre ha estado presente desde tu primer libro específicamente vinculados a
la página en blanco, los espacios invadidos y los diseños de las portadas de
tus libros. ¿Cómo se vincula estas nuevas artes con tu experimentación poética?
De muchas formas. He experimentado con audiovisuales, diseño
gráfico y artes plásticas. Recuerdo que en el 2005 me premiaron por una cajita
musical que hice para el concurso de poema objeto que organizó la municipalidad
de Lima, por el centenario del nacimiento de Carlos Oquendo de Amat. Hay una
tradición. No es premeditado, se ha dado dentro de un proceso creativo de
trasgredir o travestir la escritura en un acto no estrictamente literario. De
vincular y tensionar la forma cómo leemos o cómo hacemos que nos lean. Por
ejemplo, en mi libro queridolucía hay una doble numeración en las
páginas, una, la normal y otra que indicaba el orden original de los textos.
También hay una hoja suelta y varios números. En mi caso, no busco ser
concesivo con el lector porque quiero que se pierda en mis libros, sin que
pierda el interés, o sea, que se sienta retado desde varios frentes como el
visual, lingüístico, intertextual, narrativo, conceptual, hasta el sexual.
3. El discurso
"homoerótico" en la tradición literaria peruana es reducido, en el sentido que la voz
poética, porque no se aleja de lo neutro o lo varonil. Valdelomar, Moro y Eielson responden a un
contexto en el cual es difícil aceptar una identidad marginal. ¿Cómo construyes tu
voz poética dentro de la tradición?
La verdad es que no pretendo construir un tótem poético
homoerótico. Reconozco cierta tradición, pero creo que más de introducirme en
ella, lo interesante es llevarla al límite, a la tensión misma que plantea una
identidad sexual divergente ante una sociedad chata, algo así como brillar
desde los desechos. La voz poética que me ha llevado por estos caminos de la literatura
ha surgido desde el amor, la ternura, la calle, el dolor y la pasión por esta
identidad que surgió desde destellos en mis primeros libros y se amplía en mis
últimas publicaciones. Para mí no ha sido difícil aceptar esta identidad cuando
se me presentó con mayor energía porque nunca estuve solo, encontré autores
poderosos como Allen Ginsberg, Constantino Cavafis, Pier Paolo Pasolini, Pedro
Lemebel, José Donoso, Óscar Wilde, entre muchísisisimos otros.
4.- Entorno a la libertad de
la interpretación, en tus dos proyectos poéticos, viruspop/raggs, los espacios poetizables son lugares comunes que convierten
tu escritura en cauta y encriptada a diferencia de tu último trabajo. Hay un
antes y un después en tu visión de cómo asumes tu escritura.
Claramente. La claustrofobia que me generaba el lenguaje y la
desconfianza que sentía frente a las palabras se reflejan en esos primeros
libros, de ahí cierto coprotagonismo del espacio y la página en blanco, ese era
el espacio poetizable para mí en ese momento, también referentes pop y
sexuales, aunque de una forma más críptica, aséptica, tratando de borrar la
conciencia o el rastro del autor. En esa línea, también usé códigos de
biblioteca para las citas textuales, así como códigos personales y dedicatorias
numéricas solo reconocibles para algunos. Ahora bien, si es evidente un antes y
un después en el sentido formal del estilo escritural; sí considero que hay una
línea que se inicia en poemas como ‘freek queen’ y ‘4 puertas cerradas’, de
viruspop y raggs, y el siguiente libro queridolucía donde de alguna forma
se domina la desconfianza y la claustrofobia, el miedo finalmente.
5. Los libros anteriores a MVX0, música para monstruos se
caracterizaron por ser fragmentados y con poca cantidad de hojas, a diferencia
de este último que es la totalidad de los intentos de voces que te fueron
persiguiendo y que ahora habitan finalmente en un libro más seguro.
Es que ya no hay miedo. Pasaron 10 años desde que queridolucía se presentó en Chile gracias al cariño de mi gran amigo Héctor Hernández
Montecinos, quien me llevó en una suerte de gira de presentación por diversas
ciudades donde conocí autores locos y alucinantes, y luego también en el
festival “Poquita Fe” (2008) con participación de poetas jóvenes de todas
partes del mundo; fue tiempo de vivir intensamente en poesía. Todo este cúmulo
de experiencias, visiones, intercambios, intertextualidad, me empujó a escribir
los poemas que luego entrarían en MVX0, que es como la palabra travesti de
“mucho”, porque en ese lapso de silencio editorial mi finalidad era escribir
tanto como pudiera. Diría que conocer lo que se producía en otros países me
interpeló y me dio una visión más profunda de lo que yo tenía por decir y de
las voces aparecidas desde el inicio de mis libros. De ahí que MVX0 esté compuesto por 58
poemas, intervenciones gráficas, y más de 50 epigramas, divididos en tres
partes que son como tres libros en realidad: Casa/Castillo, Mi voz y Era
Vulgar. Para mí es como una novelita personal de mi camino por la poesía,
también una fuga, una persecución y la búsqueda de la única voz, que no se
queda encerrada en el lenguaje.
6. La
poesía del 2000 ha pasado desapercibida por la crítica y por los poetas de la
última generación. Podría plantear que hasta existe veinte años de silencio
después de la poesía noventera que se le consideró, en su momento, como un
tránsito hacia un futuro incierto que eran los discursos tecnológicos. ¿Por qué
no se erigió un proyecto ambicioso en esos años? ¿Existen poetas destacables de
esa época? ¿Qué opinión tienes sobre tu generación?
Más
que generación pienso en individualidades y en grupos de jóvenes con intereses
creativos diversos. Creo que ese momento lo que se compartió fue el entusiasmo
por la poesía. Fue Renato Sandoval que juntó a esos grupos en un encuentro
recital en la Universidad de Lima, ahí conocí a los chicos con los que luego
compartimos lecturas y eventos en los 2000. Anduve por ahí un tiempo, hasta que
me aparté porque asumí una perspectiva distinta quizás a lo que quería en mi
poesía, me distancié, de ahí el primer y último poemas de MVXO.
Sentí que algunos buscaban entrar al canon, de encumbrarse como grandes poetas
cuando eran aún súper jóvenes, esa pretensión me alejó. Gracias a esa distancia
conocí personas díscolas y brillantes que andaban en la periferia de los poetas
más rotados en esa época, como Yuri Gutiérrez, Tilsa Otta, Paul Guillén,
Giancarlo Huapaya, Florentino Díaz; también destacaría a Vanessa Martínez y
Romy Sordómez.
Como
te he comentado, yo comienzo por el divagar y luego llego al cuerpo, la ciudad,
la tecnología, internet, la homosexualidad; temas que quizás no eran tomados en
cuenta por otros. A los 19 años aún no había asumido mi identidad homosexual,
entonces pienso que fue más al revés, es decir la poesía me buscó, me llevó a
dónde debía y me definió personalmente. A fines del 2000 había leído a Enrique
Verástegui, y fui a su encuentro en la presentación de su libro "Apología
Pro totalidad" en la feria Ricardo Palma de Miraflores. Ahí me acerqué a
él como todo joven autor buscando que los lean. Cariñosamente Enrique me citó a
su casa en Mayorazgo para leer el viruspop, fui feliz al escuchar
el entusiasmo con que recibió mi propuesta y más que escribiera un extenso
prologo destacando que con este libro un nuevo milenio se iniciaba y con él una
nueva poesía se formulaba. Y tan genial, Enrique veía lo que incluso yo no
tenía claro, él me impulso y brindó su bella amistad. Enrique es un principal
referente entonces pero no como un traslado estético o temático sino como una
proyección hacia futuro. Tengo reparos cuando se pregunta por referentes porque
creo que se piensa en ellos como una forma de encajar a los autores o algo así,
con alguna pretensión, cuando en verdad al momento de escribir uno no piensa en
esos referentes, así que mejor añadiré otros autores a los que ya he
mencionado: Martín Adán, Carmen Ollé, César Calvo, Alejandra Pizarnik, Reinaldo
Arenas, Manuel Morales, Jorge Eduardo Eielson, y otros.
8. En los
últimos años, se han vuelto a congregar agrupaciones de poetas que proponen
nuevos discursos, tecnologías como soporte poéticos y manifestaciones más allá
de la propia escritura. ¿Cómo analizas la poesía en la actualidad, ya que
muchos de ellos te ven como un referente inmediato?
Lo mío fue solo un
acercamiento, una exploración ante el nuevo escenario tecnológico que comenzaba
a fines del siglo pasado y que transforma todo comenzando con la humanidad y la
vida, lo que significan y esperamos de estas. La poesía es vida, por eso es
natural que también se transforme constantemente, como que siempre la poesía
usa nuevos recursos novedosos para abrirse paso en la experimentación y manifestarse.
No considero que sea referente en este aspecto porque tampoco me envolví
demasiado en el tema, ahora soy más “noobster”, un espectador maravillado por
las nuevas poéticas, no dejarán de ser nuevas porque evolucionarán
constantemente junto a la tecnología, eso es genial, en realidad todo lo que
sea transformación de vida de cómo vemos al otro y el mundo me atrae y lo
celebro. Mi última experiencia con la tecnología y la poesía fue el desarrollo
de un book game (¿?) o vídeojuego
indie que se programó a partir de mi libro MVx0 para PC y laptops, se puede
ver aquí: https://t.co/otIi8EIG3d
9. Presiento que tu último libro fue el cierre de una
aventura poética. ¿Cuáles son tus proyectos poéticos próximos?
Es la aventura en
la poesía me ha llevado, el virus que me infectó a los 19 años y que no sabía
qué me pasaba hasta que me dejé llevar sin prejuicios, incluso redefiniéndome
íntimamente. Una aventura salvaje que adopté con la misma honestidad brutal con que la inseminó mi vida de joven. No lo veo como un cierre, sino como dije antes,
como mi historia desde mis primeros libros, los amigos poetas chicos que
conocí, mi renuencia a la palabra, la complicidad del silencio el espacio en
blanco, la nueva lectura de lo literario al margen de la literatura; MVX0 es
ese recorrido que concluye (en el libro) con la estética marica. Este año se
publica 4 grupos de poemas: “Por favor no te enfades conmigo”, “Mixtape Marica
(soundtrack para un homosexual con el corazoncito roto y otros poemas)”,
“Telerrealidad (o enumeración de los fracasos)”, y “Lip Sync”. Estos libros van
todos juntos bajo el nombre de “Reality Nuggets”, editado por Perverso Editorial (https://www.facebook.com/Perverso-Editorial-327080721220691/),
a cargo del talentoso artista
Holy Drako. “Mixtape Marica (soundtrack para un homosexual con el corazoncito
roto y otros poemas)”, aparecerá también este año en la serie que publica la
editorial Pallar Negro, del querido
Jorge A. Castillo. De ese mismo libro, venimos preparando con Rodrigo Luna, un
amigo músico, la musicalización o intervención sonora a cinco poemas. Estos
audios posteriormente serán enviados a amigos videastas para que hagan la parte
visual, vamos a ver cómo se desarrollan estos proyectos.
Rafael García-Godos Salazar a. k. a. RAGGS (Lima, 1979) es autor de “viruspop/raggs” (Divino
Niño, Lima, 2004), “queridolucía” (EstaNoEsUnaPutaEditorial, Lima, 2007) y
“MVX0, música para monstruos” (Paracaídas Ed., 2017). Obtuvo
dos años consecutivos el VIII y IX premio Dorian Arts de poesía por la
diversidad sexual (Lima, 2006 y 2007), también el premio Poema-Objeto Oquendo
de Amat - Municipalidad Metropolitana de Lima (Lima, 2005). Primer puesto al
mejor cortometraje por ‘El sendero de Pedro’, en concurso convocado por la
agencia de publicidad mundial DDB (Panamá, 2000). Sus
textos han sido incluidos en fanzines, revistas y antologías de Argentina,
Chile, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, México, Perú, Guatemala y Venezuela.
Josué Barrón (PUCP). Escritor, educador y comunicador cultural. Es
colaborador de varios medios informativos locales e internacionales. Su interés
académico es la crítica cultural y la creación literaria. Ha sido ganador del
Premio de Literatura del gobierno regional de Lima, mención cuento (2014), y
Premio Centenario PUCP, mención poesía (2017).
Música para monstruos

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